Youtubers


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Anonadado me hallo desde que leí que la revista Time había incluido al popular youtuber El Rubius dentro de su lista de líderes de la próxima generación. Es indiscutible que está en todas partes. Reside en Youtube, su centro de operaciones (donde tiene más de 20 millones de suscriptores), pero tiene su segunda residencia en Twitter (con más de 7 millones y medio de seguidores), y cuenta con otras propiedades, quién sabe si como inversión, en otras redes sociales. Desde luego, ha sabido rentabilizar su éxito, entre otras formas, con su fichaje por una multinacional.



El caso es que este hecho, al que muchos han restado importancia, resulta cuanto menos sorprendente y a todas luces injusto. Que no digo yo que la gente tenga que ir todo el día con dos libros de filosofía bajo el brazo, debatiendo sobre física atómica y molecular en las cafeterías, recitando textos del siglo de oro de la literatura española o buscando información en Internet sobre arqueología prehistórica. Tampoco es eso. Hay tiempo para todo. Para el entretenimiento también. Pero choca. Y mucho.



Choca porque evidencia el tipo de referentes que tiene la juventud actual, potenciados todavía más con estos supuestos reconocimientos públicos. Digo yo que igual se podrían poner en marcha proyectos dirigidos al gran público en los que se destaque el trabajo de personas que realmente contribuyen a mejorar la sociedad. Para compensar, vamos.



Las instituciones, y los medios de comunicación, cuyo papel en la difusión de este tipo de causas es fundamental, deberían promover iniciativas que reconozcan la labor de científicos, voluntarios, misioneros, profesores, escritores… Pero no solo la de los que por algún motivo han sido mediáticos o aquellos que han destacado por alguna anécdota. Hay miles de personas anónimas que con su esfuerzo ponen su granito de arena para que seamos mejores y podamos evolucionar.



¿Pero cómo? Supongo que es muy complicado. Los intentos no han calado por diversos motivos. Probablemente porque han utilizado unos canales de distribución equivocados, no han sabido adaptarse al lenguaje que exige este tipo de contenido y, sobre todo, porque no han logrado rentabilizar la inversión como sí que lo hacen diariamente los que se dedican a ello (y eso que el dinero necesario para iniciarse en estas lides es irrisorio).



¿Está todo perdido? ¿Deberíamos tirar la toalla? ¿Tenemos que empezar a buscar gatitos, comentar videojuegos y ensayar nuestras caras más absurdas para hacer el moñas frente al ordenador? Necesito algún mensaje de esperanza, no es broma. Sigo intentando encajar la noticia. Enhorabuena Rubius.



Josep Marí



 


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08/11/2021

Gran reflexión Josep! Esta claro que "algo" está cambiando y nos damos cuenta de ello cuando vemos las cifras que manejan los youtubers en sus respectivos canales, tanto de visualizaciones como de suscriptores. Pero creemos que pueden convivir con cualquier otro medio de comunicación, simplemente la evolución temporal hace que proliferen nuevos canales (como bien dices, más enfocados al público juvenil). Un saludo!